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martes, 16 de octubre de 2012

Babel Borges



Babel Borges es un completo portal que promueve el estudio y difusión de la obra de Jorge Luis Borges, disponible en inglés, francés y español. Un sitio que busca abordar por igual la vertiente literaria y filosófica del escritor.
 
El interface está muy cuidado, de gran calidad, agradable a los sentidos, elegante y fácil de comprender como corresponde a un proyecto que busca la didáctica y no la sorpresa. El sitio sirve de punto de encuentro, soportado en el concepto de agregador, de las obras borgesianas, así como de un repertorio de análisis críticos y de una aproximación al cine (aún no disponible aunque el portal dice que lo estará en el 2011) que tiene relación con sus trabajos.
 
El proyecto ha sido dirigido por Carolina Ferrer.
 
 
 
 


Entrada publicada en Biblumliteraria


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viernes, 23 de abril de 2010

¿Peligra la gran literatura?


     Hoy celebramos el día del libro, aunque quizá estemos asistiendo a los comienzos de su decadencia y ocaso. Extracto de un periódico las declaraciones de Mario Vargas Llosa sobre el libro electrónico:

     "La entrega de los Premios NH de Relatos ha dado lugar a un debate sobre el libro electrónico en el que el escritor Mario Vargas Llosa ha expresado su "desconfianza visceral" hacia el e-book porque considera que ha comportado "cierta simplificación y banalización" a la obra literaria si se la compara con las obras escritas en papel. Pese a ello, el autor peruano ha admitido que la introducción de la literatura a través del libro electrónico es ya "un proceso irreversible" y que este formato sirve para acercar la literatura a un público más amplio. Vargas Llosa ha señalado que, por su edad, tiene "prejuicios" hacia el libro electrónico, en particular, y hacia la cultura virtual, en general. Siente "desconfianza casi visceral hacia la literatura difundida a través de las pantallas". Y se ha mostrado convencido de que, aunque "probablemente" habrá en el futuro una generación que desconozca los libros de papel, estos no desaparecerán.

"¿Ustedes creen que un libro como Ulises, de Joyce, se podría escribir para el ordenador?", ha preguntado el autor de La casa verde. "Escribir para la pantalla es escribir para la actualidad y la gran literatura se hace con una voluntad y una esperanza de permanencia", ha reflexionado Vargas Llosa."

    A mi entender la banalización y simplificación no las producen por sí mismas las nuevas tecnologías. Los e-books o libros electrónicos por ahora son simples libros tradicionales digitalizados y los e-readers sólo sirven para leerlos. Guerra y Paz y Fortunata y Jacinta se pueden leer en pantalla de ordenador o en lector de tinta electrónica. La "gran literatura" no desaparecerá porque existan nuevas tecnologías de lectura y escritura, sino porque cambiarán las mentes y las costumbres de autores y lectores.

   ¿Desaparecerán los escritores de largo aliento que quieran construir un mundo sólo con palabras? En esto comparto la inquietud de Vargas Llosa. Por muy vocacional que sea un autor siempre escribe para una audiencia (real o imaginada) y si ese público ha cambiado y no asimila largos y complejos textos porque busca estímulos constantes y nuevos (con imágenes y sonido), y además breves, porque su atención sobre una pantalla está amaestrada a la inmediatez, entonces es difícil que los escritores se propongan crear algo que no va a ser leído. Ha cambiado la audiencia.

    Y estos cambios afectan a la totalidad del público lector. La gran literatura siempre ha sido minoritaria comparada con la literatura popular, pero creo que también cambiará la mentalidad de los lectores selectos que hoy compran los títulos de los escritores promovidos por las buenas editoriales. Este grupo de lectores selectos fieles a la literatura "seria" , como consumidores de cultura escrita, cada vez dedican más tiempo a leer en pantallas. Así que la buena literatura perderá ese nicho numeroso, aunque relativamente pequeño, que mantiene viva la creación literaria tradicional.

    Han cambiado los medios de escritura: en el scriptorium de un autor de hoy ya no hay pluma y papel, ni siquiera máquina de escribir y papel, sino un ordenador con procesador de textos y conexión a internet. Ese es su medio natural de trabajo, su herramienta de creación. Quizás Vargas Llosa tenga uno en su mesa. Y esa herramienta impone un estado mental. La imagen de Dickens mirando al techo, mordiendo la pluma, buscando inspiración para que los gestos de su mano pudieran llevar al papel una escena que buscaba en su imaginación ya no es posible. La pantalla no es una hoja inerte que tu mente deba hacer vivir mediante la escritura, sino una lámina iluminada que esconde todos los prodigios y nos tienta continuamente a dejar de mirar dentro de nosotros para construir nuestro mundo, diciéndonos: "Entra, entra... aquí están todos los mundos".

    Los nuevos escritores, no mirarán al techo, serán nativos digitales y creo muy difícil que en su formación y en su horizonte puedan concebir siquiera fabricar algo como "Madame Bovary" o la misma "Conversación en la catedral". Si eso es gran literatura, me temo que le queda poco tiempo.
Entrada publicada por Juan José Díez

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sábado, 30 de enero de 2010

Ipad


Se presentó, entre focos, entertainment y marketing intensivo, el prototipo del IPad de Apple que merece una reseña en este blog no por ser un gadget de moda más sino por su prometido uso como libro electrónico. No es fácil tener una opinión aún, porque no está a la venta ni uno puede sentirlo y probarlo en una tienda. Se parece a un Iphone grande pero, en realidad, es más un ordenador de capacidades muy limitadas, embellecido estéticamente con un diseño de moda. No tengo claro a qué mercado se dirige porque no es un teléfono y porque, por el precio que tiene, uno puede adquirir un ordenador mucho más potente. Y, ciertamente, es mucho más caro que un lector e-book tradicional. Y por tamaño, desde luego, para llevar en el bolsillo no es.

Su sistema operativo tendrá las mismas limitaciones que el del Iphone y por tanto quedará lejos de las prestaciones de un laptop (velocidad, multitarea, sistema de archivos por carpetas, compatibilidad con Mac OS X o Windows, correrán sólo aplicaciones dedicadas, etc.). Sin un SO potente, y tan cerrado como el que incorpora, podrá ejecutar un procesado de texto no exigente, acceso a Internet, juegos sencillos, pequeñas utilidades como las desarrolladas para Iphone, correo electrónico y poco más. Funciones que se podrán ejecutar más cómodamente que en un IPhone pero a costa de un aparato que pesa 5 veces más y es 4 veces más grande. Por lo que parece tiene una interactividad escasa con dispositivos externos ya que se basa en la misma filosofía que el Iphone que depende de software propietario para conectarse (nada de USBs estándar, salidas estándar de vídeo, etc.). Respecto a la conectividad vía Internet esta es alta en cuanto a hardware (3G, WiFi,etc. ) pero no en cuanto a software (parece que no se visualizarán las animaciones en FLASH por ejemplo).

Todo lo anterior serán aspectos a evaluar al compararlo con un laptop.

¿Y con un e-book? Al ver el Ipad y sus prestaciones limitadas la primera idea que viene a la cabeza es que, precisamente, su aplicación más real será de la lector de libros electrónicos. Un lector que incorpora algunas funciones de ordenador más que un ordenador que incorpora funciones de lectura. El lanzamiento simultáneo de la tienda online iBooks apunta a esta idea. Además, ya se han cerrado acuerdos con varias editoriales como la McGrawn Hill.

Lo primero que hay que señalar es que se trata de una pantalla LCD y por tanto se aleja de la tecnología más novedosa en lectores de libros electrónicos, ya que es un display emisor que tiene los problemas habituales (cansancio de la vista, consumo relativamente elevado, poca visibilidad bajo luz ambiente elevada) y las ventajas habituales (color, rapidez de refresco, vídeo). Esta elección – más propia de un laptop que de un e-book - afecta singularmente a la batería. La duración que se publicita de la misma es de 10 horas. Probablemente, en la realidad práctica, será bastante menos y en cualquier caso está muy por debajo de la duración que tienen la e-ink convencional o las nuevas técnicas que se están desarrollando. La resolución de la pantalla es de 1024 x 768 que para un e-book es suficiente (pero no para un ordenador) en formato 4:3 antiguo. El Ipad saldrá al mercado con 16, 32 o 64Gb de memoria y en este aspecto gana por goleada a los e-books actuales (el Kindle, por ejemplo, incorpora 2Gb). Como libro electrónico, Ipad tiene las ventajas propias de que también es un ordenador (por ejemplo, podríamos escribir y actualizar nuestro blog), leer obras que incorporen vídeo, etc. Y la gran desventaja de que su pantalla cansará la vista.

Además, en lo que se refiere a la literatura digital (y a su conexión a Internet), se verá limitado si no permite visualizar Flash, etc. Habría que esperar al advenimiento de HTML5 para poder crear literatura digital legible en el dispositivo.

En definitiva, mi opinión es que es demasiado caro para lo que ofrece. Si costara 100€ sería otra cosa.

Entrada publicada por Félix Remírex   Biblumliteraria





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jueves, 14 de enero de 2010

¿Fracasarán los e-books?



La mayoría de opiniones que se publican hoy en día- más aún en sitios dedicados a la literatura digital y en Internet- dan por sentado que el lector electrónico de libros digitalizados (que no digitales) acabará imponiéndose como dispositivo preferente en la comercialización y lectura de libros. A lo sumo, existe una duda sobre si la tecnología actual se modificará en un futuro cercano para ofrecer color, gráficos o refresco de pantalla más rápido. Desde el punto de vista de negocio hay un consenso aparente en que la industria editora se está equivocando, perdiendo el tren y actuando con ceguera ante los “inevitables” cambios que la digitalidad trae, aunque curiosamente la industria editorial no parece estar muy de acuerdo y, ajena al ruido mediático, continúa con sus propias prácticas que seguramente buscan la maximización del beneficio de sus negocios.

Independientemente de que uno esté de acuerdo o no con estas opiniones siempre es de agradecer escuchar las reflexiones contrarias, aunque sólo sea por pulcritud intelectual, por mantener un espíritu crítico, por aceptar que entre aire fresco y por estar alerta a opiniones alternativas - off mainstream - que, muchas veces, acaban siendo las que realmente modifican el futuro.

Por eso, me ha gustado leer el post titulado
Why eInk, ePub, And eBooks Will Fail que aparece en el blog The Ebook Test de Mike Cane. Ya por el sólo nombre del blog, vemos que el sitio no es sospechoso de estar en contra de los libros electrónicos por lo que su opinión me parece muy a tener en cuenta.

Comienza Cane señalando que en el libro The Art of the Start de Guy Kawasaki hay una frase que, en su opinión, describe bien por qué el libro electrónico fracasará y lo ilustra con un gráfico muy representativo.

The TAM [Total Addressable Market] is the true size of the potential market you can go after, not the totality of every nickel that’s spent in something related to your product or service.

¿El ebook como producto da servicio al mercado? En opinión de Cane, no. Los dispositivos actuales son caros, sus fuentes son poco nítidas, son lentos, hay que pasar por la pesadilla (nightmare) de las protecciones, muchos están ligados a una única plataforma (como los de Kindle), requieren batería (no podríamos llevarlos a una isla desierta y leerlos dos años después), etc. No ofrecen ventajas respecto al libro convencional excepto que “no habrá que comprar muebles para guardarlos”. Cane también añade que las personas que ya leen e-books digitales lo hacen porque, en general, ya tienen un aparato que usan principalmente para otros servicios (por ejemplo, un teléfono) y ven al e-book sólo como pequeños textos: People regard them as teeny-tiny files that are a collection of words. The effort, energy, and thinking that are the ingredients of such things — books — are lost.

Concluye que el e-book presenta muchas similitudes con el mercado incipiente de los videojuegos en los años 80, una burbuja que explotó tres años después.

Hace poco más de un año, se publicaba Digital fiction reading: Haptics and immersion, en el Journal of Research in Reading, ISSN 0141-0423, Volume 31, Issue 4, 2008 por el Centro Nacional para la Educación y la Investigación de la Lectura de Noruega, en el cual se señalaba que el formato digital y , sobre todo, el leer en un monitor - cualquiera que este sea - influyen de forma decisiva en la manera de comprender una obra literaria hasta el punto de disminuir la atención cognitiva que sí se consigue con los libros. Según Anne Mengen, autora del estudio, el cerebro humano mejora en su rendimiento cognitivo cuando el texto está íntimamente ligado al soporte físico que lo contiene; cuando se aúnan varios sentidos (olor, tacto,..) en la lectura. (Un análisis más pormenorizado puede leerse en Lectura en pantalla y cognición
).

En la misma línea, recientemente se publicaba en El País
un artículo a contracorriente de José María Álvarez, catedrático de Comunicación Audiovisual en la Universidad Rey Juan Carlos, titulado Incertidumbres de la web 2.0 en el que criticaba severamente el camino digital. Artículo que –como se puede ver en los comentarios que los lectores enviaron tras leerlo- recibió un furibundo y generalizado vapuleo.

De hecho, excesivo para mi gusto. Demasiada uniformidad. Soy poco amigo de la uniformidad de pensamiento. Porque, como decía al principio, aunque sólo sea en aras a mantener una actividad intelectual crítica y atenta a opiniones “fuera de la moda”, esta serie de reflexiones contracorriente me interesan mucho.


Post publicado por Félix Remírez




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domingo, 10 de enero de 2010

Comparativa de e-books

       En la excelente página Zonaebook puede verse una comparativa de lectores electrónicos actualizada a Diciembre del 2009. En ella se muestran las principales características técnicas de cada modelo, así como una imagen de cada dispositivo. Y en Soybits informan de los lelibels que se muestran en el CES de Las Vegas.





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lunes, 5 de octubre de 2009

Entretenimientos semánticos sobre los e-readers




    Si tecleamos “libro electrónico” en Google y consultamos las imágenes, aparecen abrumadoramente los Kindle, los Sony Reader, los iRex,…si pedimos en el Corte Inglés un libro electrónico el amable joven te ofrece un Inves o un Papyre; en el uso popular, pues, a los e-readers se les llama como a los ebooks : “libros electrónicos”. Los anglosajones distinguen con “e-reader” y nosotros confundimos. Ateniéndonos a la precisión semántica nos bastaría llamarlos “lectores de libros electrónicos” o “lectores de libros digitales”. Pero siguiendo con esta melancólica escolástica, no son lectores porque no son humanos y tampoco leen libros electrónicos, sino más bien, libros digitales (como vimos en la entrada de los ebooks). Mejoraríamos si introducimos la expresión “dispositivos lectores”, pues deja claro que es un aparato el que realiza la acción de leer. La designación semánticamente correcta quedaría como “dispositivos lectores de libros digitales”.  "Dispositivo” es un término que traduce la palabra inglesa “device” y ésta se utiliza sobre todo en informática para referirse a componentes del ordenador. Sin embargo, “dispositivo” en español es mucho más general y refiere en muchas ocasiones a cosas bastante alarmantes, por ejemplo, “dispositivo policial” o “dispositivo de emergencia”
     ¿Qué opción tenemos para “dispositivo”? No faltan: máquina, aparato, artefacto, artilugio. “Aparato” connota magnitud y los lectores digitales no son aparatosos. “Artilugio” connota ingenio y los lectores no son ingeniosos. “Artefacto” suena a algo grande y poco útil. Nos queda “máquina”, que por ser muy general se salva de connotaciones indeseadas. Resultaría entonces: “máquinas lectoras de libros digitales”. Pero volviendo a la realidad, nos resignaríamos con sustituir “dispositivos lectores de libros electrónicos”, por “lectores de libros electrónicos”. Tal frase descriptiva tiene a su favor que el acrónimo que le corresponde es breve, eufónico y suena a español. Nótese la diferencia entre “Hay una libélula sobre un dispositivo lector de libros digitales” y “Hay una libélula sobre un lelíbel”.

Entrada publicada por Juan José Díez

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viernes, 2 de octubre de 2009

Palabras


Me interesa el tema semántico, que Juan José ha iniciado en este blog. Sobre todo cuando necesitamos configurar nuevos lenguajes para denominar invenciones. Moldear y fabricar vocablos.

Como, por ejemplo, el uso del término "ergódico" para este tipo de literatura, que acuñó Espen Aarseth (o como "polifonía", que acuñó Bajtlin). La literatura ergódica "exige un esfuerzo nada trivial para que el lector atraviese el texto y penetre en su sentido". La cita la extraigo de una intervención de Laura Borràs, investigadora de este tipo de literatura y que habla, por ejemplo, de "inmersión narrativa" y de "límites líquidos".

En la revista Quimera de septiembre publiqué un "Glosario para no iniciados", donde recolecto -con su respectiva cita-, y en ocasiones labro -aparecen sin referencia bibliográfica-, términos que ayuden a un acercamiento. Aquí 5/45:

Hiperfonía: Cuando en el proceso de creación de una obra polifónica intervienen varias conciencias, que coinciden en una misma intención para la obra final. Polifonía + polifonía = hiperfonía.

Hipermedismo: Género artístico y literario que explora las posibilidades de las plataformas tecnológicas para la combinación de la cualidad multimedia con la interacción del público.

Hipertexto: “Conjunto de documentos de cualquier clase (imágenes, texto, tablas, vídeos) conectados entre sí por medio de enlaces (...), fragmentos de información que podemos llamar lexias” (Janet H. Murray, 1999). Se puede “conectar un pasaje de discurso verbal a imágenes, mapas, diagramas y sonido tan fácilmente como a otro fragmento verbal” (George Landow, 1992) / La Biblia es el primer libro hipertextual de coautoría múltiple (aunque se atribuye a Dios): fragmenta su contenido en pequeños versos, de fácil ubicación gracias a la nomenclatura de “libros”, “capítulos” y “versículos”. Esta fragmentación y ordenamiento de la obra permite que se realicen lecturas colectivas sin necesidad de que cada lector posea la misma copia ni edición; es decir, escapa al número de página, que suele ser el indicador tradicional.

Literatura multimedia: Utiliza distintas artes para crear planos narrativos y poéticos, con los que transmitir su contenido. Rompe las fronteras entre las artes para combinarlas y presentarlas en una única plataforma. Los caligramas griegos, Technopaegnia, y los caligramas latinos, Carmina figurata, se consideran precursores de este tipo de escritura. En lo multimedia, el tiempo se ha fragmentado, ha perdido su cualidad unificadora, de ordenamiento del caos. El tiempo depende ahora del movimiento que sucede dentro del espacio que intenta medir.

Polifonía: Término utilizado en música para referirse a “un conjunto de sonidos simultáneos, en que cada uno expresa su idea musical, conservando su independencia”. Mijail Bajtlín fue el primer teórico en aplicar este concepto a la literatura, para definir la obra de Fiódor Dostoyevski, en la que “el lector conocía tantas perspectivas vitales como personajes principales había en los textos” (Wikipedia, 2009).

Entrada publicada por Doménico Chiappe
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jueves, 1 de octubre de 2009

Lectores digitales, e-paper y e-ink



Los lectores digitales (yo personalmente prefiero esta denominación porque los artefactos que hoy conocemos no son libros – al menos en el sentido unitario del término- sino lectores que pueden visualizar muchos libros) dependen de la tecnología disponible. Su desarrollo comercial masivo en el futuro, por muchas campañas de ventas que se hagan, también. Aunque se está avanzando en su mejora, aún queda bastante para que el lector digital cumpla con los requisitos que un individuo medio suele requerir para leer:

· Ligereza.
· Que no canse al leer y que esto ocurra en cualquier condición de luminosidad.
· Portabilidad (por ejemplo, que no necesite energía).
· Agilidad (por ejemplo que el pasar una página no sea una operación lenta debida al tiempo de refresco de la memoria).
· Robustez ante el uso ordinario (por ejemplo, que puede doblarse, flexionarse, que no se deteriore al caer).

No es sencillo conseguir todas estas cualidades (que curiosamente tiene el papel) desde un punto de vista técnico. Los primeros dispositivos se basaban en pantallas planas como las que tienen los ordenadores o las televisiones. Pero pronto se comprobó que no cumplían con gran parte de los requisitos: son frágiles, no se ven bien en cuanto el ángulo de lectura cambia, consumen mucha energía, producen calor, cansan la vista debido al mecanismo interno de visualización, etc.

La tecnología que está permitiendo avanzar en la creación de lectores digitales (e-books) es la que suele denominarse como “papel electrónico” (e-paper) o "tinta electrónica" (e-ink) aunque ni se trate de papel ni se trate de tinta.

Es una técnica que consume poco (al menos, muchísimo menos que una pantalla TDT o LCD), que no emite calor, que presenta un excelente contraste (por lo que puede leerse fácilmente) y que es robusta. Incluso, es relativamente económica de fabricar. Aún, sin embargo, presenta varios problemas. Por un lado, no es un sustrato flexible (no podemos arrollar el e-papel como el papel convencional), es lenta de refrescar y además no se ha desarrollado aún en color. Aún así ha supuesto un avance significativo.

¿Pero qué son el papel electrónico o la tinta electrónica?

Seguir leyendo….


Entrada publicada por Félix Remírez

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