Finnegans Wake. El título alude a una popular balada callejera de mediados del siglo XIX, donde se narra la muerte y resurrección paródica de Tim Finnegan, un irlandés aficionado a la bebida. Siguiendo la misma orientación humorística, la novela de Joyce pretende abarcar las horas de sueño de Humphrey Chimpden Earwicker, mediante un lenguaje nocturno, con abundantes juegos de palabras, deformaciones del inglés, introducción de palabras en decenas de lenguas de los cinco continentes y una densidad simbólica que convierte al texto en un hito del vanguardismo narrativo.
Estamos ante una obra que debe ser traducida hasta para los ingleses, la obra literaria más difícil de descifrar nunca escrita. Pero en esta edición auxiliada por los hipervínculos podemos desentrañar palabra por palabra, referencia por referencia, hasta hacer posible penetrar en la maraña de asociaciones que sólo la mente de Joyce conocía. Una utilidad más de los clásicos hiperanotados.
Muy interesante también esta adaptación al cine realizada por Mary Ellen Bute: Passages from Finnegans Wake. Bute fue la primera en adaptar una obra de Joyce al cine y fue premiada por este intento en el Festival de Cannes de 1965. Entrada publicada por Juan José Díez
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