En este blog ya hemos publicado una entrada sobre un artículo aparecido en el periódico alemán Die Zeit acerca de los efectos cognitivos que puede producir internet en nuestras mentes. Abundando en el asunto, comentamos hoy un artículo aparecido en julio de 2008, escrito por Nicholas Carr en la revista The Atlantic titulado “¿Nos está haciendo estúpidos Google?” Aquí confiesa su autor: “Mi concentración se pierde tras leer apenas dos o tres páginas Me pongo inquieto, pierdo el hilo, comienzo a buscar otra cosa que hacer. Es como si tuviera que forzar mi mente divagadora a volver sobre el texto. En dos palabras, la lectura profunda, que solía ser fácil, se ha vuelto una lucha. Y creo saber qué es lo que está ocurriendo”. Un amigo que era un lector voraz le dice: "Ya no puedo leer "Guerra y Paz. He perdido esa capacidad...".
Aunque internet nos permite un acceso inmediato a un increíblemente rico almacén de información, es también verdad que quizá estemos pagando un precio demasiado alto. Sus efectos se notan no sólo en la concentración sino en la misma forma de pensar. Cita el caso de Nietzsche, que notando cómo se acercaba a la ceguera, se compró una de las primeras máquinas de escribir para poder mecanografíar directamente de su mente al teclado. El mismo filósofo notó un cambio en su estilo por el mero hecho de abandonar la pluma y el papel; sus escritos se iban haciendo cada vez más aforísticos y tendían a la concentración telegráfica.
Entrada publicada por Juan José Díez
Evidentemente, habrá cambios: toda forma nueva de comunicación los trae.
ResponderEliminarPero no es tanto Internet lo que provoca el efecto en Carr tanto como el hecho de que él pasa de una lectura exclusivamente en papel a otra en pantalla y lo hace -como todos nosotros, que estamos a caballo entre dos épocas de acceso a la información- sin costumbre y con cierta avidez.
Estos cambios no tienen por qué suponer una valoración negativa en sí misma: gran parte del pensamiento humano nació alejado del papel y éste se empleó como forma de transmisión de ese conocimiento.
Veremos qué pasa y qué uso hacen de todo los que han nacido ya con esta tecnología y saben usarla incluso intuitivamente, sin tanta fatiga mental y curiosidad ansiosa como nosotros. El problema es que esto ya no tiene un botón de vuelta atrás y que lo sea lo harán ellos. El mundo ha pasado por situaciones peores, en las que era imposible la transmisión de conocimiento: ahora podemos transmitirlo por escrito, de forma visual y de forma oral. O todo ello a la vez.
Quizá no lean Guerra y Paz, pero tendrán sus propios clásicos que expliquen lo mismo.
Mi Señor Díez, yo francamente no veo precio a pagar neuronalmente hablando, por acceder a más, más rápidamente y en más profundidad.
ResponderEliminarPor supuesto, nos adaptamos al medio y conformamos nuestra mente para ello, debido justamente a eso, tenemos la mente que tenemos, para mejor adaptarnos y dominar los instintos en un medio extraño y así vencerlo o dominarlo.
Nada nuevo, nada google, nada extraño, que no llevemos haciendo por milenios o millones de años. El resultado es esto donde estamos, un universo inabarcable de posibilidades de un común proceso, por definición, imagen de lo humano (no he dicho bueno).
Enviar un mensaje de nuestro entorno, complejo y relacionado en 140 caracteres, eso por ejemplo y simplificando es Twitter. Y a veces con esfuerzo y concentración lo conseguimos y observamos que es útil y lo observan y se repite y se mejora y nos mejora.
Leí a Galeano en un artículo sobre literatura, donde él escribe, que le gustaría desnudar su lenguaje y ayudar con ello a reducir la inflación palabraria, y estoy de acuerdo (a mi me gustaría aprender a hacerlo con el mío).
Caso contrario, es empeñarse en meter por el ojo de una aguja el profético camello, eso quiere hacer la Real Compañía de Shakespeare y Channel 4 con Romeo y Julieta, insulso intento (según mi opinión) que no nos añade sino que nos reduce. Cuando el camino de la inmersión literaria de tochos de otra época, tiene su entrada como ya profeticé aquí en otros comentarios, por el mundo del vídeo-juego, será allí donde un día Shakespeare resucite y puedan crearse o recrearse épicas ciber-novelas, en verso o en arcaica prosa del XVI o nueva gramática del XXX. Los jugadores, tendrán inmersión en el mundo deseado, adoptarán su rol y aprenderán a leer, a recitar para ser él o ella o ambos, según su agrado y a morir de ciber-placer o digitalmente envenenados.
Usted Señor Diez hace lo mismo que Galeano, solucionar la inflación de las palabras con el artículo de Nicolass Carr, porque si bien el susodicho reconoce su incapacidad de leer concentrado más de 2 ó 3 páginas, pare sin embargo una entrada insufrible por larga en extensión y repetitiva en lo que dice. (Paradójica sonrisa :-)
De lo que trata el artículo, podría resumirse en el principio y el final, con la transcripción de HAL el superordenador de 2001, hombres más condicionados, tecnología más humanizada.
Por cierto, de esto trata la entrada de hace unos días del Señor Don Pedro Ojeda, "El robot periodista y el periodista robot", y aquí el profesor Ojeda, presume la capacidad del lector de ser juez capaz de pensar y discernir lo bueno de lo malo (por supuesto él sí), y yo en mis comentarios arguyo usando también el símil de HAL 9000, (como ve causalidad) para con sana ironía insinuar lo mismo que Mister Carr, con igual personaje IBM pero de otro modo, que el robot se humanizara frente a una sociedad roboidiotizada, no por el google o la webesfera, sino por justo lo contrario de donde usted Señor Díez repara en miedos, es decir en mi opinión, porque accederá a menos, más lentamente y en menor profundidad, puesto que tendemos a tomar lo fácil que nos den, mascado, digerido y ya envasado, da igual que sea comida o material binario.
Suyo, Z+-----
Jajajaj, más causalidades, el Señor Don Pedro publicó a la vez que yo, pero se hizo justicia digital y su comentario se situó el primero.
ResponderEliminarZ+-----
Más al respecto
ResponderEliminary algo más
ResponderEliminarMi Señor Félix Remírez, en su primer artículo nos dice "Los que criticaban la pobre tecnología de los ordenadores de los 80 eran tildados de caníbales del progreso pero, en definitiva, fue gracias a ellos que se progresó y se desarrollaron mucho mejores ordenadores."
ResponderEliminarUna cosa es criticar, buscando la mejora de potencia con más facilidad en su manejo y otra no usar y demonizar su uso para que nadie los tocara o no se implementaran por temor a no saberlos usar o perder el puesto de trabajo y el sustento.
Mucho más ocurrió de lo segundo que de lo primero.
Es cierto la informática se adaptó a los inadaptados pero no por su crítica, sino por su mercado.
Por otro lado, ¿la pobre tecnología de los 80? será si se compara con la tecnología de ahora, porque entonces la tecnología superior tan solo se contemplaba en los HAL 9000, y lo más innovador de los 80 fue la mezcla de componentes y llegar a las masas con los microordenadores-domésticos, gracias a eso cayeron los HAL (IBM) y cambió el futuro a lo que tenemos.
Los estudios sobre lectura, son sesgados e interesados y no cumplen el método del doble ciego, ni pueden usar lectores que nunca antes leyeron ni en papel ni en pantalla, así que valen solo para confirmar que modificar un hábito visual y mental, implica una pérdida de efectividad, aunque pueda aportar otras ganancias.
Suyo, Z+-----
Del estudio en el que nos habla en su segundo link Señor Don Félix, todavía deja en mayor evidencia la idea que lo estudiado se hace para demostrar una premisa, que la era digital es enemiga de la literatura o "¿cultura de primera?" (la que para vender se publica, claro.)
ResponderEliminarResulta obvio, que hoy cualquier chico de los que la autora considera "nativos digitales", lee muchísimo más de lo que sus padres jamás leyeron, eso sí, no las mismas letras sino otras, que no son las impresas por imprenta.
Pero aquí, el demonio llega, no consideran en el estudio comparable la calidad de la lectura hecha, por lo tanto lo leído en el ordenador o Internet, por no tener tapas ni hojas, es una m...da o no es cuantificable.
De nuevo lo científico falla, el estudio no empezó cuando nuestros padres tenían 10 años continuando hasta los 24, analizando sus lecturas y la calidad de las mismas, para poder compararlas con las de jóvenes de ahora.
Aunque cualquiera que lea publicaciones que los jóvenes de antaño leían, comprobarán la existencia de una cantidad ingente de pobrísimos textos y que no todos leían a Kant, ni a Spinoza ni a Heráclito ni a Homero.
Lo peor es que los mayores de ahora, siguen en su mayoría además de no ser "nativos digitales", sin leer ni poesía ni filosofía ni obras esenciales, pero leen bestseller de moda, el AS o pésimos periódicos.
Suyo, Z+-----
Efectivamente Pedro, nosotros somos lectores de transición, nos hemos formado con el códice y disfrutamos y nos asombramos con la lectura en pantallas y con el nuevo mundo ciberespacial. Yo el peligro lo veo cuando todos los escritores sean nativos digitales (y todas sus audiencias). La gran literatura pasará a ocupar un lugar parecido a la ópera hoy,cuando muy pocos aguantamos la concentración necesaria para descifrar sus líricos trinos;la valoramos históricamente,sí, pero no nos llega. Y yo creo que tanto en el caso de la ópera como en el de la literatura hay una pérdida real.
ResponderEliminarSr. de la Vega,tampoco creo yo que cambien nuestros circuitos neuronales de la noche a la mañana, pero sí puede cambiar algo tan sutil, pero importante, como es la formación de la sensibilidad. Mi temor es que en adelante el placer estético esté fragmentado en píldoras audiovisuales y quede la palabra relegada a un lugar residual. Yo no soy tan relativista:si perdemos la capacidad de construir y disfrutar de un mundo hecho sólo con palabras,tenemos una pérdida real (cognoscitiva y estética). De acuerdo en que hay mucha exageración, en que los jóvenes puede que lean más que nosotros,pero la cuestión es si esa gente tendrá cerrado a causa de su nueva sensibilidad el camino para un arte no trivial.
ResponderEliminarMe parece un tanto temerario afirmar que los estudios son sesgados e interesados. ¿Por qué? ¿No será sesgado negar los estudios sin aportar datos que los rebaten y basándose sólo en opiniones subjetivas?
ResponderEliminarEn este caso concreto, se trata de un estudio del Centro Nacional para la Educación y la Investigación de la Lectura de Noruega (puede visitarse su web para comprobar la calidad de sus trabajos), publicado en el Journal of Research in Reading, ISSN 0141-0423, Volume 31, Issue 4, 2008 (y, por tanto, sometido a revisión peer to peer), y soportado en datos concretos y rigurosos. Es más, sus resultados coinciden con los del estudio que se cita en el post del International Journal of Human-Computer Studies de Thierry Morineau y Caroline Blanche, también riguroso, y con los del Departement des Études de la Prospective et des Statistiques del Ministerio de Cultura francés. Estos estudios no critican sino que analizan datos y deducen conclusiones razonables. No es una cuestión de gustos. Para afirmar que esos trabajos son sesgados e interesados hay que refutar los datos (y, claro, ¡primero leer los estudios!).
Por otro lado, no puedo estar más en desacuerdo con la afirmación de lo científico falla. Si algo no suele fallar es lo científico.
Respecto a que las críticas a la tecnología (cualquiera que esta sea) la hace avanzar, yo pienso que eso es cierto. En los ochenta, la pobre tecnología del los 80 no recordaba ya a HAL (que era de finales de los 60) sino que reflejaba una razonable insatisfacción con los equipos disponibles, a pesar de la publicidad. Cuando se vendía- lo recuerdo bien- que las pantallas VGA 640 x 480, 256 colores eran el no va más técnico, los que decían que eso era falso tenían razón y su tracción llevó a la tecnología actual. Una cosa es aceptar que no haya otra cosa disponible. Otra es aceptar que se ha llegado a la tecnología maravillosa que ha de ser aceptada sin más. Y hoy igual. Los ordenadores actuales están muy lejos, lejísimos, de lo que podemos aspirar.
¡Ah! y a mí me encanta la ópera (pero también el jazz, el blues, el rock y muchas otras).
Mi Señor Félix, sí, soy bastante temerario; eso quizás me sucede por llegar al fondo con mi espada aplicando mi justicia sin preguntarme si mi rival tiene título de charlatán o genio.
ResponderEliminarY así me olvido (sin lamentarlo) que a veces a tantos, les importan más las formas o la apariencia, que son causantes de un buen puñado de prejuicios cognitivos(6) o sesgos.
¿Quién soy yo? Esa es la cuestión fundamental para que dude de lo que escribo. Un Don Nadie, alias De la Vega y con blog donde se autoproclama El Zorro (nada extraño en güebosfera, donde abundan más los rufianes que héroes con careta), además de entre otras cosas me declaro mal poeta, redundancia que salta a la vista de quien sepa.
No me molesta que se dude de mí, de eso se trata, pero me aburre en el debate, que se dude solo de mí y no de uno mismo.
Aunque no asegura directamente que yo no hubiese leído los estudios que usted menciona, ironiza que para “refutar los datos” de cualquier estudio, primeramente hay que leerlos. Y acierta sin decirlo, además estoy de acuerdo, evidentemente yo no los había leído.
Pero le diré algo, que si bien no me justifica, en justicia me perdona, cuando yo escribo una entrada, donde para apoyar lo que sugiero hago una referencia o muchas a textos ajenos, puede estar seguro que me los he leído completamente. Si como es el caso en su entrada (5), no solo los usa de referencia, sino que además esgrime conclusiones de los mismos, yo me hubiese asegurado que mi interpretación fuese la correcta sin desvirtuar la del estudio, mucho más cuando la lectura no es en mi lengua nativa.
Así, cuando leo las noticias publicadas en medios confiables, asumo que ellos deberían hacer lo mismo y de buena fe creo que saben leer y con suerte interpretar lo que utilizan.
Mi vida como lector de blogosfera, no digamos de la WEB mass-media, sería muy aburrida y pesada, por no asegurar que imposible, si tuviese que verificar de cada artículo, entrada o post las referencias dadas y hacer yo mi propia lectura de las mismas. Eso solo lo hago directamente cuando la cosa me chirría o no confío o deseo aprender algo más de lo que leo.
Así que la duda me lleva a los mencionados estudios publicados en revistas con garantías (1) y (2), solo cuando usted, me contesta con ironía, alegando la confiabilidad de las fuentes, y sin embargo en mi lógica al respecto, chirría molestamente la idea sobre cualquier experimento definitivo con estudios rigurosos que asegure que un soporte es superior a otro en iguales condiciones de lectura.
Por lo tanto, después de leerlo todo, concluyo que lo sesgado o interesado, no son los estudios sino los textos que hacen referencia a ellos, el suyo (5), pero también el que usa como fuente y cita (3), o por poner otro ejemplo diferente que peca de lo mismo, el publicado en Público.es (4).
Podría después de haberlos leído y con comparativas al texto de los mismos, explicarle mejor lo de 'sesgo', pero eso sería dudar de su inteligencia, espero que me comprenda, ya hice hoy demasiado.
Sin embargo, y como deseo aportar mi granito de arena y le considero víctima de la buena fe, he subido los textos completos de los estudios referidos en los links (1) y (2), para facilitar cualquier lectura sobre ellos, ya que rebatirme no vale el coste en euros para la compra necesaria si alguien desea revisarlos en los enlaces web que usted y los otros articulistas dejan.
CONTINÚA...
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ResponderEliminarSi considero justo aclarar tres puntos de partida para no dejar en el aíre lo hasta ahora dicho:
Primero, el estudio de la Señora Anne Mangen (1), no se titula "Digital fiction reading: Haptics and immersion" sino "Hypertext fiction reading: haptics and immersion", y no es baladí la diferencia, porque ella centra su estudio y conclusiones en los llamados Hipertextos de ficción, textos digitales o digitalizados donde se exploran o se deben manejar necesariamente por parte del lector-usuario, entre otras posibilidades técnicas e interactivas, los hipertextos, recursos multimedia, etc., nada que ver con una lectura comparativa entre libro y e-book.
Segundo, el estudio y experimentación sobre lectura (texto clásico y e-book) dirigido por Morineau, Blanche, etc (2) en su apartado 8 de Conclusión, nos dice entre otras muchas e interesantes valoraciones algo que no permite por los que se hacen eco del mismo, una interpretación interesada o contraria: “The results obtained show that the function of encoding knowledge is comparable to that which occurs with a paper book, thus permitting a similar level of comprehension of the information (humour of the text, quantity of data recalled from memory)”. Resumiendo, que ambos soportes permiten un nivel similar de comprensión de la información, según las premisas que se plantean en el estudio.
Tercero, que el artículo escrito por el Señor Trond Egil Toft (3), para la web de la Universidad de Stavanger, parece ser el origen de parte del sesgo, después al menos ampliado por otros (4)(5) que mencionan su texto. Y esto ocurre ya desde su título, que traducido sería algo parecido a “¿Por qué no leemos tan bien en una pantalla?” cuestionándonos con una pregunta retórica no demostrada por el estudio de la Señora Mangen ni ningún otro que no menciona.
El autor confunde al que lee con sentencias y conclusiones (¿algunas propias?) que no aparecen en ningún caso en el estudio que referido(1), pero supuestamente y ya que una pregunta aislada así lo sugiere, debe estar transcribiendo una entrevista o cuestionario a la Señora Anne Mangen, colega de la misma Universidad donde él publica, aunque por desgracia, no podemos estar seguros de todas las preguntas hechas (si se hicieron) y a qué se refiere exactamente lo atribuido como texto de respuesta a la entrevistada.
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ResponderEliminarPasando a mi segundo comentario y su respuesta, cuando escribo "De nuevo lo científico falla." justamente lo hago para evidenciar que el estudio francés, que utiliza como herramientas encuestas y datos estadísticos sociales y culturales, que también me leí, según mi valoración, está falto en algunos puntos de los elementos comparativos que cumplan un mínimo de rigor científico para que tanto la autora como los que lo utilizan, puedan llegar a conclusiones, como por ejemplo en lo referente a hábitos de lectura entre generaciones o la calidad de la misma.
A mí me parecía clara mi expresión, refrendada con lo que escribía justo después, pero leída fuera de contexto puede resultar ciertamente ambigua. Aunque, aprovechando esta aclaración, es justamente lo científico, expuesto por definición a revisión y crítica, lo sometido a fallos y solo lo dogmático e incuestionable lo que se mantiene impermeable a los mismos. Pero doy por supuesto, por lo que escribe, que tanto usted como yo, no somos hombres de fe, más bien vivimos con la duda.
Sobre el resto, usted tiene opiniones, algunas las comparto y otras no.
Qué hacer crítica a la tecnología, (cualquiera que esta sea), la hace avanzar, ¿qué quiere que le diga?, si la critica procede de una persona pro-tecnológica, estaría generalmente de acuerdo. Pero si son defendidas por un Amish, por ejemplo, lo que usted afirma merece una crítica.
Sus razonamientos sobre la tecnología a la que podemos aspirar por décadas, es más un deseo que algo fundamentado, y como deseo, cada uno que aspire a lo que quiera, luego se hará lo que nos permitan las circunstancias del momento, que no son solo teóricas, ni técnicas, sino prácticas y de mercado, circunstancias estas últimas, para nada accesorias sino determinantes.
Yo considerando lo anterior aspiro a un desarrollo humano tal que podamos prescindir de lo tecnológicamente superfluo y si casi todo lo tecnológico se demostrase superfluo, pues de casi todo.
(¿Me estaré volviendo con la edad y experiencia cada día más Amish?)
Suyo, Z+-----
REFERENCIAS... CONTINUACIÓN
1- “Hypertext fiction reading: haptics and immersion (p 404-419)” Full text Study by Anne Mangen Published Online by Journal of Research in Reading: (Oct 7 2008 4:12AM) DOI: 10.1111/j.1467-9817.2008.00380.x
2- “The emergence of the contextual role of the e-book in cognitive processes through an ecological and functional analysis.” Full text Study by Morineau, T., Blanche, C., Tobin, L. & Gueguen, N. (2005). International Journal of Human–Computer Studies, 62(3), 329–348.
3- “Why don't we read so well on a screen?”Artículo - Autor: Trond Egil Toft, (11.12.2008) publicado online 'Centro Nacional para la Educación y la Investigación de la Lectura de Noruega ' de la WEB de la Universidad de Stavanger
4- “La pantalla del ordenador no acabará con los libros”Artículo - Autor: Miguel Ángel Criado - Madrid – (19/01/2009) publicado en Público.es
5- “Lectura en pantalla y cognición”Artículo - Autor: Félix Remirez (26/04/2009) publicado en el blog: biblumiliteraria.
6- Prejuicio cógnitivo
Hola, ¿qué tal?
ResponderEliminarComo seguramente este debate sólo nos interesa a nosotros y estará aburriendo al resto (y, en cualquier caso, nunca debe convertirse en una disputa personal), procuraré ser breve. Por ello me salto las referencias a mi ironía que no entiendo y otros comentarios fruto de su ironía que prefiero no entender.
Vayamos, pues, al corazón del asunto que es si la lectura en pantalla disminuye la atención cognitiva del lector o no. Desde mi punto de vista, me reafirmo en que los estudios citados sí concluyen que la lectura en pantalla disminuye dicha atención como mi post reflejaba (seguro que no al 100% porque siempre hay un aporte del que escribe). Yo escribía La lectura es una función cerebral multisensorial, no sólo visual y Anne Mangen señala All Reading is multisensory. Mi post indicaba que lo que hacen las manos, los dedos, es también importante en la comprensión lectora y Mangen dice On particular importance is the extent to which reading is an activity involving and requiring manual dexterity. Yo indicaba La lectura es una función cerebral multisensorial, no sólo visual (percepción héptica) que refleja el Haptic perception is of vital importance to Reading,etc. Cuando indicaba que Mangen dice que el soporte digital actual favorece la lectura disgregada, breve, sin atención(y pienso que esto es lo más importante del debate), esta frase reflejaba el main efect of the intangibility of digital text -y no sólo hipertextos- is that of making us read in a shallower, less focussed way. Podría continuar pero me parece que es suficiente para mostrar que yo sí deduzco – sin sesgo- que el estudio de Mangen defiende las ventajas de la lectura en papel que quizá se concrete en esa frase final to me, however, it seems plausible that the particular sense of being deeply, […] immersed that we typically experience when reading a novel, is related to and at least partly dependent on the very materiality of the print pages of the book itself.
En cuanto al texto de Thierry Morineau, es cierto que se dice the function of encoding knowledge is comparable (entre el papel y el e-book) pero también es cierto que a continuación añade Nevertheless, because the electronic book is functionally closer to a computer than a traditional book (because of the support’s inherently multi-functional nature) it does not provide the
external indicators to memory that the classical book does.. E igualmente es cierto que el trabajo Why don't we read so well on a screen? señala Clicking and scrolling interrupt our attentional focus. Turning and touching the pages instead of clicking on the screen influence our ability for experience and attention. The physical manipulations we have to do with a computer, not related to the reading itself, disturb our mental appreciation, says associate professor Anne Mangen at the Center for Reading Research at the University of Stavanger in Norway. She has investigated the pros and cons of new reading devices..
Y también son ciertas, para bien o para mal (en mi opinión, para mal) las cifras calculadas por el Departement des Études de la Prospective et des Statistiques sobre la dedicación a la lectura de los nativos digitales que se citan en aquí.
Por otro lado, como incluso usted indica, al menos tres personas independientemente han llegado a conclusiones similares (sus referencias 3, 4 y 5) por lo que cabe pensar que son conclusiones razonables y razonadas ya que varios individuos han llegado a ellas por caminos diferentes.
Y para no aburrir más, pienso que cualquier continuación de este debate podríamos proseguirla privadamente vía e-mail.
Un saludo muy cordial.
Mi Señor Díez, sus referencias a la gran literatura, opera, arte no trivial...me hace recordar las divagaciones sobre la Alta y Baja cultura del vídeo capítulo 34 de "Reflexiones de Repronto".
ResponderEliminarYo que soy simplemente palabra, no me inquieta el futuro de la misma o mi futuro, no creo por lo tanto que la palabra peligre, ni las historias, mundos o personajes, recreados solo con palabras, muy al contrario opino que está saliendo beneficiada con el cambio.
Recuerdo los temores que ofrecía el uso de la red por ir ganando espacio en las relaciones interpersonales, se profetizaba el aislamiento delante de una pantalla con amigos nunca vistos, partners virtuales y una reducción general de la sociabilidad física como consecuencia de este tipo de comunicaciones. Un mundo virtual de cibercuerpos con los originales aislados como en Matrix, cada uno en su casa y en su terminal.
El tiempo y la experiencia empírica nos ha demostrado justo lo contrario, gracias a la red de redes, la gente se ve más que antes, se facilita el encuentro persona a persona o grupos, se consiguen relaciones con más facilidad y finalmente los amigos virtuales con los que se establece empatía se acaban convirtiendo en muchos casos en encuentros personales de calidad y en el tiempo, si la distancia y las circunstancias lo permiten.
Suyo, Z+-----
Disculpe le dejé un link incorrecto, veamos con este: Reflexiones de Repronto".
ResponderEliminarZ+-----
Casi me da miedo hacer un comentario a este post, viendo tan sesudas reflexiones que merecerían, todas ellas, convertirse en artículos por sí mismas.
ResponderEliminarLo mío es, en cambio, una reflexión fragmentaria a la fragmentación del discurso, que empezó mucho antes de lo que algunos nostálgicos de la novela del XIX quieren creer.
Dos ejemplos, al correr del teclado:
1.
La página en negro, ese bloque de tinta que interrumpe la narración de Stern en Tristram Shandy tal vez sea el ejemplo más antiguo de la galaxia Gutenberg que me viene a la cabeza.
2.
La descripción del escudo de Aquiles, que suspende el epos para narrarnos la vida en las dos ciudades griegas (la de la paz y la de la guerra) que Efestos ha grabado en él, es el ejemplo más antiguo de fragmentación anterior a la imprenta.
Y 3.
Tal vez no sea tan optimista como Juan José acerca de los motivos profundos del cambio de estilo de Nietzsche. No creo que se tratase sólo de la máquina de escribir unida a la inminente ceguera. Esta sospecha me llega desde un sitio insospechado: los que ms que reconocemos como los "inéditos" de Marx, en los que el discípulo hegeliano abandona toda sistematización por el fragmento.
Tal vez, lo que haya cambiado para los dos pensadores haya sido la naturaleza de su objeto de estudio: un objeto huyente (hoy diríamos fluido)al que había que acercarse como un cazador furtivo cuyo camino no está trazado de antemano, como el camino real, sino que se fragmenta a cada paso al seguir la huella de lo que se persigue.