martes, 29 de septiembre de 2009

Entretenimientos semánticos sobre los "ebooks"


Los interesados en nuestro idioma y en la literatura electrónica debemos procurar que los términos que utilizamos tengan la máxima precisión semántica (la palabra debe referir inequívocamente al objeto o concepto), sean eufónicos, breves y suenen a español. Empecemos con ebook: este acrónimo inglés se usa mayoritariamente en los medios y en el comercio (Bubok y Todoebook, por ejemplo, venden ebooks para leerlos en ordenador o en dispositivos lectores). Pero no pertenece al idioma aunque sea breve, eufónico y preciso. ¿Cuánto de preciso? Decir de un libro que es electrónico es demasiado amplio (portero electrónico, encendido electrónico son más precisos). Evidentemente, para trasladar un texto del papel a los ordenadores o a los dispositivos lectores hay que usar tecnología que necesita la electricidad en cualquiera de sus formas. Pero ese traslado se realiza con programas informáticos capaces de digitalizar ese libro. Luego, en realidad, serían libros digitalizados, sometidos a un proceso que hace posible su lectura en pantallas. En este sentido, podríamos llamarlos simplemente “libros digitales” o “digilibros”. Pero este voluntarismo semántico choca con la dura realidad del uso extendido. Teniendo en cuenta que la versión española “libro electrónico” es la más popular después del acrónimo inglés, debemos procurar al menos hacerla más breve y más eufónica. Tenemos la suerte de que “librel” es breve, eufónico y suena tan español como “libro”, “libre” o “lebrel”. Tampoco suena mal, y es más breve, libel (libertad, libar, libelo).
Entrada publicada por Juan José Díez
Share/Save/Bookmark

3 comentarios:

  1. Disiento: ambas opciones me suenan mal y no me parecen españolas. Me quedo con libro electrónico, por ahora, mientras no surja nada mejor. Terminaremos diciendo libro, a secas. No sería tan malo.

    ResponderEliminar
  2. Buen comentario el del Señor Ojeda, que sin duda y en mi humilde opinión esconde la esencia de la cosa.
    Los ingleses en su idioma son de un pragmatismo ejemplar y además precisos en su lenguaje, lo bueno de usar e-book, es que tan pronto el fondo vuelva a imponerse al medio de escritura o publicación, caerá la 'e' y el 'book' seguirá siendo book sin í.

    En español, deberíamos llamarlo libro, y luego definamos si hablamos de papiro, papel, encuadernado, archivado (por digitalización pero también por escritura directa con teclado, pincel o dictado en ordenador y grabado)
    Y de cómo lo leamos, ya hablaremos... porque podrá ser sobre pantalla, sobre material fotosensible, o en una fotoimpresión ad hoc para nuestro archivo, en hoja reciclada...
    Pero también leído por un aparato para ser oído por el oído y en el futuro directamente insertado en las neuronas.
    Suyo, Z+-----

    ResponderEliminar
  3. He votado hace un par de semanas por "librel", pero hubo cierta chanza en mi voto: me hace acordar a lebrel y así veo a los editores, corriendo tras una liebre que se les escapa. Y a los libreros, como a lebreros desorientados.
    En cuanto a los dispositivos, dedicados o no, que nos traducen los libros en tipografía tradicional en una pantalla, se me ha ocurrido un acrónimo que someto a vuestra opinión, aunque no es completamente castellano: "lectoborg", de lector y cyborg.

    Las opiniones de Ojeda Escudero y de la Vega son más que interesantes, pero deberíamos tener en cuenta que lo que se nos sirve en estas páginas como libro ha terminado con un tipo de lectura --la lectura lineal-- para proponernos una lectura a saltos, cuántica o poliédrica. En estas obras lo más importante, lo que las caracteriza, es la cantidad de madrigueras por las cuales nos caemos hacia otros mundos, como la madriguera por la cual se cayó Alicia.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...