Scott Rettberg ha creado After Parthenope, que él llama "obra generativa", para exhibirla en el Convegno Internazionale sulla eLiterature que tendrá lugar en el Palazzo delle Arti de Nápoles los próximos días 20 y 21 de Enero. Pertenece esta pieza a la floreciente rama de la literatura electrónica del "texto generativo", caracterizada por producir textos según un esquema aleatorio o reorganizando y mezclando otros preexistentes.
Aquí el autor ha utilizado Processing, un lenguaje de programación abierto que puede crear visualizaciones de datos, arte digital, animaciones interactivas, gráficos educativos, videojuegos, etc., utilizando recursos normales de la web y sin plugins. Escribimos la obra con el código por medio del Processing, la incluimos en una página web y el programa hace el resto.
Al principio aparece una pantalla en negro en la que empieza a desarrollarse un diálogo entre el protagonista y una mujer italiana, la cual termina preguntando a éste si conoce la historia de Partenope (una de las sirenas que trató de atraer con engaños a Ulises, fue castigada por los dioses convirtiendo su hermoso cuerpo en el de un pájaro y, según la leyenda, fundó Nápoles).
El autor no puede seguir reconstruyendo linealmente la historia de ese encuentro porque ha olvidado los detalles y se limita a recuperar fragmentos de los pensamientos y fantasías que le quedan en la memoria. Entre éstos hay continuas alusiones a la comida italiana, a los monumentos y museos, a su condición de turista.
El lector no puede interactuar con la historia: continuamente van apareciendo nuevos pensamientos hasta que llenan la pantalla, luego el programa pasa a otra pantalla en la que se sigue la misma pauta. Según me ha parecido, los pensamientos se generan en un orden distinto en cada nueva lectura aunque el diálogo inicial, que es la parte que el autor recuerda bien, permanece idéntica. No tiene hipervínculos, ni recursos multimedia, sólo trabaja con un código que genera breves enunciados en primera persona.
Esta obra no podría reproducirse en papel pues ni el autor sabe lo que va a venir, ya que cada vez aparece una combinación nueva de pensamientos determinada por el automatismo del programa. Aquí la linealidad narrativa importa poco porque de entrada nos hacemos a la idea de que se trata de recordar fragmentos vagos y dispersos de una experiencia pasada. Un monólogo interior con flujo de conciencia al que el automatismo dota de un toque caótico plenamente clásico. Literatura, pues, al fin y al cabo.
Entrada publicada por Juan José Díez
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