miércoles, 3 de noviembre de 2010

El escritor digital independiente (II)


(Segunda parte de mi intervención en Escribit 2010)

    En la primera parte hablamos del libro y de la gigantesca audiencia a la que puede hacerse potencialmente accesible. Ahora lo haremos de la página web como plataforma de publicación y creación. Desde aquí puedo ejercer las funciones tradicionales de una editorial comercial (ser mi propio editor, promotor, distribuidor) así como aplicar las herramientas narrativas específicas de Internet.
    Vamos a entrar en ella para recorrer cronológicamente las distintas funciones que he ido incorporando. En primer lugar, he elegido una portada que da acceso con un simple vistazo a los distintos formatos narrativos, a las posibilidades de distribución y a las reseñas o críticas que hasta ahora ha recibido la obra.
    Cuando estaba terminando la novela, mientras buscaba documentación en Internet, encontré tanta y tan interesante, que se me ocurrió la posibilidad de dotarla de enlaces externos que la conectaran con la información histórica correspondiente.
   El resultado fue la versión html. La terminé el 2005. Con su url (la dirección única que la identifica entre los millones de páginas) ya podía ser visible ante los dos mil millones de internautas. Quise llamarla "webnovela" porque era sencillamente una novela conectada a la web. Esto quiere decir no sólo que utilizaba el hipertexto, los recursos multimedia y la interactividad, sino, en especial, que muchos enlaces del hipertexto eran externos, conectaban con otras páginas web activas para enriquecer el contenido de la obra. Éste es un recurso que, por extraño que parezca, apenas se usa en la narrativa electrónica. Internet es precisamente un conjunto de páginas web y parece lo más natural que una obra literaria aproveche ese rasgo distintivo.
    Para esta versión no se necesitan demasiados conocimientos técnicos, ni ser un experto programador, pude realizarla con la ayuda de un editor de páginas web (Front Page) y un programa para transferir archivos a un servidor (Cute FTP).
   Con la versión html ejercí, pues, la función tradicional del editor que es la de publicar el libro. Pero otra muy importante es la de crear una audiencia "real" para el autor, no la meramente potencial de ser visible. El escritor digital independiente debe emprender ahora la función de promoción y difusión. Pero a esta versión le faltaba interactividad, entendida aquí como la comunicación directa entre autor y lector, en particular la posibilidad de que el último colaborara con sus críticas, comentarios o aportaciones.
   Para subsanar esta carencia la presenté como blognovela en el año 2007. La inmediatez de los comentarios y la posibilidad de que los lectores incluyan enlaces alternativos proporcionan una información de primera mano sobre el impacto de la obra o sobre las correcciones que puedan ser necesarias. Si un autor tradicional en papel quiere corregir algún aspecto de su novela debe esperar al albur de una segunda edición; sin embargo, como blognovela siempre la tiene abierta, en construcción. Por ejemplo, un lector me aportó un archivo con sonido de sirenas, otro me señaló un anacronismo ("corbata" no, "chalina")...
   Además del blog, un autor puede utilizar las redes sociales y crear una página en Facebook con su obra, lo que le ayudará a difundirla y a estrechar el contacto con los lectores. Yo no lo he hecho, pero busqué una página al azar y la primera que descubrí fue la de la escritora de Luna Azul. Tiene más de siete mil seguidores. Muchos de ellos han debido conocer o comprar la obra para poder comentarla. Y eso es una audiencia considerable con la que la autora no habría soñado si no existieran las redes sociales.
     En 2008 la publiqué en papel, como libro físico. Un escritor desconocido, digital o no, tiene la posibilidad de editar su propia novela recurriendo a la autoedición. Por un precio razonable puede servirse de empresas como Lulú o Publidisa que le confeccionan un libro tradicional y lo venden bajo demanda: sólo imprimen el ejemplar que piden los lectores. En mi caso, ese libro físico lo distribuyo a todo el mundo en Amazon, la librería más poderosa de Internet, o en Publidisa
   También en 2008 hice la conversión a ebook, a libro digitalizado (otra vez con la ayuda de Amazon y Publidisa) para que pudiera leerse no sólo en pantalla de ordenador sino también en la de un ereader como el Kindle.
    Los ebooks de Amazon y Publidisa está monetarizados, sin embargo procuré convertirlos en formatos gratuitos, en especial el ePub, con los servicios de Smashwords.
    Aunque la plataforma central de edición y distribución ya estaba conseguida con la versión html, me daba cuenta de que era mejorable, de que podía tener una presencia más profesional. Tenía una idea, pero excedía mi capacidad técnica. Entonces me puse en contacto con una empresa de creativos web, Prodigia, para que la plasmaran. Y surgió la versión flash. Como nostálgico de Gutenberg, con este nuevo formato (que seguía teniendo dentro la nueva maquinaria hipertextual) quise simular un libro códice que ofreciera en pantalla las prestaciones más básicas de un libro físico: pasar las páginas, ir a una concreta, desplazarse por capítulos, tipografía, color del papel, etc... A esa simulación le puse una portada-trailer (una animación foto-musical) que presentara los personajes y paisajes principales. También traté de dotarla de una banda sonora, utilizando los enlaces azules para ilustrar con archivos musicales algunas escenas que lo permitían.
   Creo, en fin, que mi caso muestra el campo de posibilidades que se abre para un escritor que se decide a la aventura narrativa en el ciberespacio sin otras armas que las de una página en Internet. Será interesante saber qué ocurre luego.

Entrada publicada por Juan José Díez



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1 comentario:

  1. ¡Aún no la he leído, pero me parecen tremendamente trabajadas las posibilidades de formato! ¡Increíble trabajo! Es preciosísima la versión flash.

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