Los haikus. Estos poemas de tres versos de origen japonés encuentran en Twitter su lugar natural y también la Micropoesía en general.
Pasamos a la prosa. Los microrrelatos o microcuentos hallan asimismo en este medio su soporte ideal; además, cuentan con un lector por lo general impaciente, que recibe el impacto, lo paladea y a otra cosa. No obstante, la capacidad de insinuación, la elipsis y el cruce de géneros han tenido tiempo para dejar su efímera huella estética. Son ejemplos memorables: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", de Monterroso o un celebrado texto de Fredric Brown: "El último hombre sobre la tierra está sentado a solas en una habitación. Llaman a la puerta".
Disponemos también de los tuits de escritura automática que lanza Eugenio Tiselli. La experimentación llega ahora hasta el extremo. La sintaxis y la gramática saltan por los aires, si bien el azar produce algunas joyas sin pulir.
Y llegamos a la novela. Allendegui ha propuesto y dirigido un relato colaborativo en el que la trama y los personajes son desarrollados por los tuiteros tomando como punto de partida una idea sugerida por el autor. En el enlace anterior puede consultarse el resultado final en PDF y las muy interesantes conclusiones acerca de la experiencia. Serial chicken, por su parte, es un intento de escribir una novela negra colaborativa sobre una gallina asesina en la que el promotor de la idea coordina el resultado. O Max&Murray del australiano Darryl Mason, que es responsable único de toda la obra.
Después de estos trances, debo concluir que tuitear una novela me parece una empresa vana y melancólica, como intentar meter el mar en una concha al borde de la playa. Lo primero es la estructura misma de los tuits: 140 caracteres obligan a introducir párrafos muy breves, y si exceden el cupo hay que dejarlos inacabados en espera del próximo tuit que completaría el sentido del texto. Todo esto en condiones ideales, porque en la realidad se entrometen otros mensajes que hacen preguntas, piden instrucciones o hablan de Bisbal. La lectura, en suma, se hace un martirio, como si nos obligaran a leer el Quijote entregándonos, una tras otra, tiritas de papel recortadas para que quepan las letras justas. ¿Quién puede disfrutar de un plato de lentejas si está obligado a comérselas una a una?
Toda la gracia depende, por otra parte, del ordenador y del presunto tiempo real, pero la cosa se esfuma cuando pensamos en que si pegamos los tuits lo que tenemos es un libro mondo y lirondo. Los camellos pueden estar dos meses sin beber agua, pero ¿quién quiere ser un camello?
Todos los instrumentos están diseñados para una función específica. En este caso, Twitter es una red social de comunicación en tiempo real entre internautas con mensajes breves. La función de un cuchillo es cortar, si lo utilizamos para escribir con el mango, el que sufre no es el cuchillo sino la escritura.
Entrada publicada por Juan José Díez
Entrada publicada por Juan José Díez
No te olvides del Relatweet impulsado por Allendegui: http://tinyurl.com/relatweet
ResponderEliminarEn efecto, José Luis, muy interesante el relatwett de Allendegui. Para mí, sobre todo, el resumen de su experiencia, que muestra las limitaciones de una escritura colaborativa a la que se añade el corsé de Twitter. Ya está incluído en la entrada, asi que gracias por la información.
ResponderEliminarEs cierto, que twitter permite encajar algunos versos, aunque sea capando las palabras, más allá de eso, serán simples experimentos literarios o comprimidos excesos que terminarán piando.
ResponderEliminarYo prefiero sin embargo el no mencionado y muy usado aforismo twitteriano, que en mi caso concreto se degrada en la creación de algunas Frases Memorrables: "Lo justo dicho por Justo, no es más imparcial ni más neutral ni probo, pero cabe en el twitter". Autor latino, Just Ito Z+
Suyo, +-----
Creo que Twitter es una excelente herramienta pedagógica justamente porque su estructura "limitante" obliga a desarrollar la creatividad ¿Qué puedo hacer con 140 caracteres? Tal vez mucho más de lo que haría con 140 mil. Claro que, como dice Juan José, algunos proyectos se convierten en quijotadas y desvirtúan el propósito tanto de la red social como del texto reprocesado.
ResponderEliminarMe gustaría contribuir mi propia reflexión sobre Serial Chicken y la novela twitter, que podrán encontrar aquí:
ResponderEliminar[http://tinyurl.com/yg983aq]
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ResponderEliminarOs recomiendo leer la novela "Viene la noche" de Óscar Esquivias: no sólo es posible la literatura en twitter, también en los SMS.
ResponderEliminaruna obra completa escrita con SMSs
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con el análisis. Sólo añadiría que en la poesía, además del haikú o los tankas, también existen formas breves en la tradicción occidental como el dístico latino o la soleá.
ResponderEliminarUn ejemplo clásico es el dístico de Catulo (la versión castellana es de Aníbal Núñez):
Odi et amo. quare id faciam fortasse requiris. nescio, sed fieri sentio et excrucior.
Odio y amo. ¿Por qué hago eso?, acaso me preguntes. No sé, mas eso siento. Y me torturo.
Un ejemplo de soleá de autor (de Luis Alberto de Cuenca), y otro anónimo popular:
Maldita sea mi suerte. Mi novia me ha sorprendido en la cama con la muerte.
Ponte donde yo te vea, dale ese gusto a mi cuerpo aunque otra cosa no sea.
Un saludo
El acierto de tu artículo lo refiero acá: http://ladesmemoriadelgato.blogspot.com/2010/02/la-pajareria-del-twitter.html
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