jueves, 22 de octubre de 2009

¿Es descentralizadora la literatura digital?


Me permito introducir al debate un asunto que sé que puede resultar espinoso pero sobre el que opino sería interesante reflexionar.

Acostumbrados como estamos a la facilidad de conexión a Internet (aunque, muchas veces, costosa) en Europa, en Japón o en Norteamérica, no somos conscientes de lo complicado que resulta hacerlo en gran parte del mundo. No me refiero sólo a las dificultades técnicas (que, en algunos lugares, también las hay) sino a las dificultades sociales. Este blog de literatura electrónica, por ejemplo, es inaccesible en China como lo son todos los que tengan extensión de dominio de blogger o youtube (excepto que uno se conecte con una llamada internacional dejando la fortuna en el intento). Simplemente, el acceso está bloqueado en todo el país. Como lo están muchos dominios en muchos lugares por motivos sociales, políticos o religiosos. Y esto no es un hecho baladí porque, entre los impedimentos técnicos y los impedimentos sociales, las diversas restricciones afectan a tres cuartas partes o más de la población del planeta. En gran parte de la geografía de la Tierra, un escritor diletante no puede confiar en Internet y en un blog para transmitir su obra ni podrá descargar en su e-book (si alguna vez llega a tenerlo) la literatura que desee. En gran parte de nuestro mundo, lo que se puede y lo que no se puede leer electrónicamente está férreamente regulado.

Hechos como este me hacen reflexionar sobre si la literatura digital es descentralizadora y liberadora, o más bien lo contrario. Sobre todo si, como ya se debatió en algún post anterior, se asume que dicha literatura se memoriza preferentemente en Internet. En Occidente, se suele enfatizar en este carácter descentralizador de la nueva literatura digital que “libera” al autor de las redes establecidas de publicación, de las editoriales, de la jerarquía que impone la tradicional cadena escritor->editor o escritor->lector, de la publicidad y de los canales habituales por los que las obras llegan al lector. Pero, ¿es así?. Me ha venido a la cabeza un post de hace ya bastante tiempo
y del que entresaco algunas ideas que me parecen pertinentes:

Pero no parece que pueda hablarse de descentralización real. La verdad es que la democratización literaria es sólo aparente.Primero, está al alcance de muy pocos [planetariamente hablando]. De hecho, en gran parte del planeta, el papel impreso convencional es más descentralizador que la literatura digital. Porque, para empezar, la literatura digital se soporta en un medio físico mucho más controlable y complicado de poseer que el papel. Las redes informáticas no son descentralizadas. La conexión de las redes entre continentes pasa por unos pocos cables submarinos y por unos pocos satélites de telecomunicaciones que, obviamente, son controlados por sus dueños, bien sean grandes compañías de telecomunicación o sean gobiernos. Los servidores por los que circula la información son también escasos y deben adecuarse a los requisitos legales de control de la información que cada nación dispone. Todo ello, sin olvidar que es extremadamente sencillo establecer restricciones a la circulación de la información electrónica (incluso para bloquearla en un país completo) bien sea por motivos sociales, morales, éticos o políticos. Desde luego, más sencillo que privar de libros a toda una nación. No parece correcto decir que las editoriales convencionales controlan más que las instituciones y empresas que controlan la red. Y sin dejar de mencionar que cada vez que leemos algo –aparentemente libre- recibimos una avalancha de cookies, spyware, sniffers, virus y addware.

Podemos leer un libro en papel en secreto, sin que el mundo sepa lo que nos gusta o no nos gusta; mucho más difícil es no dejar pistas de lo que uno ha leído o descargado de la red.
Segundo, el usuario de literatura digital necesita de un hardware local muchos órdenes de magnitud más complejo que el papel. Un ordenador, energía para hacerlo trabajar, conexión telefónica, etc. Cuando hablamos de la revolución de la Web 2.0, de la descentralización de la información, de la simplicidad de publicación, etc. lo hacemos desde una visión muy euro-centrista u occidente-centrista. Sin duda, es mucho más fácil hacer llegar a una zona remota de África un montón de libros que ordenadores. Sin duda, es mucho más sencillo que una gran parte de la población mundial acceda a la satisfacción de leer buena literatura con papel que por vía digital, más sencillo tener una imprenta manual que una electrónica. Esto puede cambiar en un futuro lejano pero, hoy por hoy, es así. Por cada individuo que tiene un acceso sencillo a la red hay seis en el planeta que no tiene siquiera acceso.

Por supuesto, no se trata de cargar la culpa sólo en los gobiernos, en las empresas o en las instituciones. Los lectores, a nivel individual, tampoco damos facilidades para que la literatura digital circule libremente:

Quinto, no practicamos con el ejemplo. El usuario medio defiende la libertad de acceso a Internet, la descentralización de la red, etc. pero luego protege su ordenador con toda clase de elementos que impiden la llegada de tal información: proxies, firewalls, antivirus, programas que impiden navegar en muchos lugares, etc. No es ya una imposición que llegue de arriba sino algo que nosotros mismos deseamos. ¿Cómo va un autor de literatura digital explorar las posibilidades de la misma si el uso, casi obligatorio, de scripts, flashes, etc. va a ser bloqueado por la mayoría de lectores? ¿Cuántos de nosotros al recibir un mensaje de que la obra digital tiene contenido activo seguimos leyendo? ¿cuántos abortamos la ejecución de la obra por si acaso?

Por último, me gustaría señalar el riesgo inherente a que la literatura – y el conocimiento en general- esté sólo en la Red. Es lo que viene denominándose cloud computing o computación en red
. Porque la Red es, en el fondo, una serie de ordenadores de almacenamiento y de redes de comunicación que dependen de unas muy pocas instituciones o empresas privadas. ¿Qué ocurriría si esas empresas quiebran o simplemente cambian de parecer o, en el uso de sus intereses comerciales legítimos, eliminan contenidos o los hacen prohibitivos? ¿Es universal una literatura cuya distribución, control y almacenamiento está en manos de unos pocos (a nivel mundial, de hecho, muy, muy pocos) o es más confiable el sistema tradicional de bibliotecas y universidades, mucho más extendidas y no tan centralizadas?

Seguramente, el futuro traerá soluciones a estos problemas pero, aquí y ahora, son dificultades significativas en el camino de la literatura electrónica.



Entrada publicada por Félix Remírez
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8 comentarios:

  1. Un debate clave.
    Sin embargo, hay aspectos que ya se han superado (y lo harán más en un futuro muy próximo): Internet, tal y como la pensamos (un ordenador conectado a la red), ya no es el vehículo único. Móviles, portátiles, televisiones, proyecciones virtuales, etc., etc., expanden y mucho el ya viejo concepto de literatura digital anclado a la pantalla del ordenador. Pensar en estos parámetros la literatura digital es pensarla hacia el pasado, no hacia su ya presente (especialmente en los países que producen esta tecnología, no tanto en España) y su futuro.
    Bloquear, como se hace en China, el acceso a algunos lugares en Internet es poner puertas al campo: posible cuando gran parte del país no tiene ningún acceso tecnológico, imposible en las grandes ciudades. Doy fe de que en las grandes metrópolis de China puede leerse este blog, como en la España de Franco podían leerse libros prohibidos o escuchar emisoras clandestinas (no es la primera vez que se intenta controlar la libertad de expresión).
    El problema, por lo tanto, es el otro señalado en la entrada. En mi blog tengo un mapa con la localización de quien entra. Hay gran parte del mundo en blando: el mapa de la pobreza.
    Junto a proyectos de desarrollo económico y ONG hay que llevar tecnología barata y de acceso eficaz.
    La literatura digital descentraliza, aunque genera otros problemas, en efecto. Que haya alguien que la controle... que se lo digan a los impresores del siglo XVII, por ejemplo.
    Tema a seguir.

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  2. Hola, pues lamento tener que contradecirte pero es que escribo desde China en este mismo momento y no es posible el acceso ni en Pekin ni en Shanghai al blog excepto- como hago ahora- vía roaming a precio de oro y sólo si se tiene una cuenta de teléfono en el extranjero.

    He entrado esta semana unas 10 veces en el blog pero verás en el mapa que China está en blanco. Porque, a todos los efectos, es una llamada telefónica a España.


    Un saludo desde muy lejos. Xie Xie

    Félix

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  3. Como comprenderás, en esta situación no puedo dar nombres ni más detalles técnicos, pero puedo asegurarte que conozco a más de una persona que puede acceder. Eso sí, pertenecen a una élite culural y académica. Y, desde luego, buscando las rendijas del sistema y las muchas posibilidades de la tecnología. Está prohibido, pero consentido. Como cuando en España en tiempos de Franco todo el mundo -hasta la policía- sabía cómo conseguir determinados libros prohibidos o ver películas censuradas.
    Siento no darte más detalles que te harían ahorrar dinero.

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  4. Eviudentemente, y por si no se me ha entendido, condeno la censura que el gobierno Chino -y otros- hacen del libre acceso a Internet. Y no sólo esto, sino el esacaso apoyo a su implantación en todo el territorio.
    Como condeno a lo que queman libros o dificultan el acceso a la cultura en cualquiera de las otras formas tradicionales: la mayor censura es la falta de alfabetización en muchos países y someter a penurias económicas a la población.

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  5. Sí, claro. Siempre hay élites o expertos (o hackers) que pueden hacerlo.

    Pero creo que tu comentario refuerza mi tesis. Mientras que cualquier mortal puede conseguir un libro en papel (como dices, hasta la policía) casi nadie puede saltarse los filtros electrónicos. Y mientras que cortar el acceso a libros de papel es complicado y muy costoso, el cortar el acceso electrónico es sencillismo y baratisimo. Y, además, el control es más "global". Porque en papel se limitan "ciertos" contenidos (al albur del que lo decide) pero con un filtro electrónico, se corta "todo".

    Esa es la asimetría que quería demostrar en mi post: que la electrónica es más centralizadora. Todo es saltable, pero es más complicado - para el mortal común- saltarse el control electrónico. Lo cual es lógico porque un "Big Brother" manual es mucho menos eficaz que un "Big Brother" electrónico y automático.

    Por lo demás, totalmente de acuerdo que la mayor barrera es la falta de alfabetización y la pobreza.


    Saludos de nuevo.

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  6. Interesante. En el siglo XVII el cortafuergos era tan brutal que muchas personas cultas, que sabían leer y escribir y tenían acceso a los libros, no podían ver jamás en su vida un ejemplar de los libros censurados.
    Que hoy pueda resultar fácil oscurecer determinados accesos a Internet es igual que en el XVII. La red es horizontal y busca fórmulas por donde penetrar. Y siempre -ya hemos debatido esto y mi punto de vista es que no son opuestos sino complementarios- existe la posibilidad de que alguien imprima aquello que está en Internet y lo haga circular en papel.
    Por otra parte, esto sólo es posible en países con un acceso a Internet muy rudimentario, no cuando Internet es algo generalizado y ha salto de la pantalla del ordenador a otros muchos medios.
    El problema de Internet no es que el gobierno chino censure algunas páginas, sino otro: el exceso y que, en el exceso, alguien gestiona la jerarquía de acceso -los buscadores, los grandes medios de comunicación-. Un buscador como Google, que es el que más usamos en España no es, como sabes, objetivo, sino que obedece a unos parámetros de búsqueda decididos por "alguien".
    En Occidente el problema de la descentralización no es el del acceso a los documentos sino el de la jerarquización de los datos. Hace falta ser un poco experto como usario para poder acceder más allá de donde quieren dirigirnos. Pero es lo mismo que sucede cuando uno va a una gran superficie a comprar jamón serrano y un libro: todo está orientado por las grandes industiras de la distribución.
    En fin: debate interesante. Lo que hay que fomentar siempre es la capacidad de crítica y que uno busque más allá del primer mostrador.

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  7. Aunque seguramente es una visión muy extremista de la realidad, acabo de leer este post que se refiere a este debate:

    La Unión Europea va a destruir Internet como lo conocemos: movilízate

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  8. este enlace puede resultarles interesante.

    http://www.greatfirewallofchina.org/

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